Y si estoy equivocado?

Me gusta vivir enamorado. De la vida, de una mujer, del arte...
...de un recuerdo (generalmente). Un nostálgico empedernido.
Pero la libertad es un desafío muy grande para emprender con tantas dudas. Atrincherados en una sociedad con base en promesas vanas.

Hace un tiempo que llevo puesta la mordaza de la escritura. Tendré que seguir aprendiendo a ser.

Escondidas

Somos lo que hemos hecho.
Somos lo que pensamos, lo que sentimos.
Somos lo que han hecho de nosotros, con nosotros y nuestras repercusiones.
Entonces, somos?

Porque en realidad, tenía miedo. Miedo al fracaso, al sufrimiento, a equivocarse... Se acostumbró a caminar derecho y pisar fuerte. Se acostumbró a ordenar su vida para no tener un contratiempo. Trascendieron sus miedos a nuevos destinos, como ríos abriéndose paso con calma apariencia pero bravo en su interior, como todo río.
Y así pasó su vida, siguiendo la corriente y con el corazón envuelto en naftalina...
- Cómo duele extrañar el dolor, la incertidumbre, el vértigo!
Escondido debajo de una gruesa piel. Tan escondido del dolor, que ni el amor lo encontró.
Jugando a las escondidas, escondiéndonos de nosotros mismos.

LaberyEnthe

Le gusta escribir más complejo de lo que en realidad es. No es que no se sienta cómoda en la sencillez, de hecho, se jactó de ser sencilla todos sus días, pero en los inusitados ratos donde se sienta consigo misma, no alcanza a vislumbrarse... No logra definirse.
Debiera ser triste? Mas lo encuentra atractivo... Se pierde en sus pensamientos sin llegar nunca a ningún lado, porque no sabe dónde ir.
A veces quiere recorrer todos los caminos a lo cual, obviamente, termina sin siquiera partir. Tal vez sólo dando vueltas como un trompo en medio de la neblina que genera el cigarro que pita.

Y si hoy no tiene claridad, usará la bruma para cubrirse...
...tal vez cuando despierte haya algo más de luz.

Sí é

Te vuelves TANTO más atractiva cuando eres desafiante, atrevida, combativa, independiente, auto-suficiente.
Que no te conformas con el papel que te asigna la sociedad, sino con el que te sientes plena.
Que no eres indiferente a la pena que te roza.
Cuando respondes con una sonrisa a la violencia.
Aventurera incansable de la felicidad.
Hermana de mi alma, amante de mi cuerpo.

Te amo.

Blues en si bemol

Tu sonrisa bajo mis párpados
Aunque llueva o se desprenda el cielo a retazos

Tus ojos siempre brillantes me miran
Y yo les devuelvo una sonrisa
Porque las palabras nos limitan

Maravillado ante la pureza de tu arte
Excitado con tu presencia
Creo en el amor a primera risa, como vos

Escrito en escala menor

Miro la cama, fría. Con las huellas aún estáticas. No me atrevo a depositar mis atormentados pensamientos en ese templo, en el cual nos deseamos tantas veces.
Sabes? Escribirte es una forma de tenerte... Manera un poco más dolorosa y menos placentera, claro. Pero tenerte al fin.

Recorro con la mente los hechos y nada ha cambiado. Sigo siendo yo y vos seguís siendo la de siempre. Retórica y distante... Tal vez un poco más de lo normal, pero, qué va! Como si alguna vez hubiésemos sido íntimos...
Porqué nos enojamos tan fácilmente y nos cuesta tanto recuperar la sonrisa? Nunca esperaba nada de tu parte, pero tampoco quería que esto se termine.
Cuando se mezclaron el deseo y el amor?

Tienes mi corazón para que te acompañe y mis brazos para recibirte cuando regreses.
Mientras tanto me condena el recuerdo, asechado por los fantasmas. Que se quedan en silencio, alimentados (en secreto) del lamento de mi alma.

La primavera como pretexto

En el pequeño ascensor de un edificio de una calle transitada de una ciudad hacinada de gente, se encontraba un hombre con una compañera de planta de otro piso. Nueva en el edificio, joven de aproximadamente su edad y potencial mujer para invitar un trago. Un trago, un café, una cena, un almuerzo...
Con cada paso daba cátedra de modelaje. Y, a pesar de su modesto pero bien proporcionado cuerpo, exhibía su feminismo sin complejos, una soltura realmente encantadora y sumamente excitante.

No sólo le atraía su forma de caminar sino, su mirada salvajemente inteligente y desafiante con su sonrisa a medias, su largo cuello delgado y... su Aroma. Lo excitaba. Demasiado.

Llevaba algunos días hábiles compartiendo el ascensor de aproximadamente las 9 am. Mitad casualidad, mitad causalidad.
Varios días pensando con la entrepierna, creando situaciones tensas y silencios incómodos. Con la inocencia y la torpeza de un adolescente.
Cuando la veía sentía cómo se afinaban sus sentidos, como si se tratase de una presa. De hecho, lo era.
Durante días sólo una cosa giraba por su cabeza... ¿Olería tan rico como su pelo?